Uno no puede propiamente hablar de una cuestión de buena o mala suerte, pero el partido entre Portugal y Uruguay volvió a demostrar que un mayor flujo ofensivo no es exactamente sinónimo de más goles. Portugal se despide del Mundial después de hacer un partido más coherente con su valor, y todavía fue castigado por dos goles de Cavani contra sólo uno de Pepe.
En una partida con muchas faltas y de mucha lucha, destaque para los grandes momentos individuales de Cavani, que ni siquiera necesitó acabar el partido para ser decisivo en su desenlace. Portugal tenía más pelota, corría más riesgos, pero no fue tan letal en el último momento, el que decide en los partidos más equilibrados.
En contra de cualquier supuesto excesivo cuidado con la organización, Portugal entró en el partido con más ganas de tener el balón y tomar riesgos. La ala derecha fue renovada, con Bernardo Silva y Ricardo Pereira, pero fue Cristiano Ronaldo el primero en crear peligro, a través de un remate de media distancia. El Uruguay, como ya se sabía, no necesita mucho para llegar al gol, y Suárez y Cavani se preguntaban de probarlo, con una combinación entre los dos que sólo acabó con un cabeceo (medio con el hombro) fulminante del delantero del PSG.
En ventaja, los uruguayos, que ya se presentaban en una postura de mayor expectativa, tuvieron la excusa ideal para retroceder en el terreno y jugar con el error luso. Con más posesión y un mayor control territorial que en ocasiones anteriores en este mundial, siempre le faltaba, sin embargo, un Portugal más incisivo en el último tercio, con Muslera a tener una tarde más o menos tranquila.
El plan de partido del equipo de Tabárez era claro: bajar las líneas, eliminar el espacio para atacar más o menos predecible de la selección portuguesa y tener un centro del campo combativo que era una buena adición a la profundidad de Cavani y Suárez. Más que una gran cantidad de pelota del equipo de Fernando Santos, lo que se observaba era Portugal sin soluciones y monótono en la delantera. Era necesario más para ensuciar, ni siquiera, el equipo de Muslera...
En otra estructura atacante, con Ronaldo móvil en la delantera y Bernardo Silva en el apoyo, Portugal entró en el segundo tiempo más rápido y objectivo en el último tercio. Si el campeón de Europa ya tenía más pelota y dominio, con la nueva fórmula tuvo, además, mayor objetividad y más certezas en su juego atacante. En un hermoso cruce de Raphael Guerrero, Pepe subió al cuarto piso y empató el partido.
Pero del otro lado estava un adversário pronto a herir a cualquiera momento... Siete minutos después del empate, Cavani decidió construir una obra de arte del lado izquierdo del ataque de Uruguay. Era el castigo máximo para una selección que no fue premiada, en ese momento, por su superioridad...momentánea.
Al igual que en el primer tiempo, con el gol, la selección uruguaya volvió a retroceder en el terreno y a renunciar, casi en su totalidad, al juego atacante. Peor aún se quedó cuando Cavani, el mejor del equipo, fue obligado a salir por lesión. El resultado fue un creciente dominio luso, pero también una creciente complicación en el juego atacante, con el equipo a usar y abusar de los cruces de Quaresma - con Godín y Giménez imperiales en la defensa.
Los campeones lucharon hasta el final, lo dejaron todo en el césped, pero el resultado no se alteró, después de un partido (y de una fase final) jugada con mucho corazón y no siempre con la mejor cabeza. La culpa también fue de Cavani...
2-1 | ||
Edinson Cavani 7' 62' | Pepe 55' |
