Jugar mucho y perder, jugar poco y ganar. La historia suele tender hacia la primera premisa, sólo que eso ha cambiado con Fernando Santos. Portugal ha conseguido el más importante, pero siempre queda la sensación de que es muy poco para encantar... contra Marruecos, un gol temprano (de Ronaldo, por supuesto) y muchas dificultades casi todo el partido, contra un equipo que merecía más y que no lo consiguió por culpa propia y de Rui Patricio.
Segundo partido, segunda entrada de Portugal a empezar en ventaja (y otra vez Ronaldo es el reloj de alarma, aunque esto no es nuevo), pero segunda vez que el equipo reaccionó con retracción. Normal contra España, un poco menos normal contra Marruecos, aunque también aceptable, ya que la reacción enérgica de los africanos permitía espacio en la espalda.
Sólo que Portugal nunca supo huir a la situación. Lo que podía ser una reacción de unos 10 minutos, típico del impulso en el fútbol, fue de toda una primera parte de temblor defensivo, de incapacidad de salir en transición y de precipitación con el balón.
Por supuesto, hay mérito de Marruecos y eso es de subrayar. Un equipo muy capaz en el capítulo técnico y que demostró una gran entrega, con una agresividad considerable y que la hizo ganar muchas de las pelotas divididas. A falta de mayor capacidad a la hora de finalizar, pues ahí reside la gran diferencia en el fútbol.
Y los números ayudaron a explicar: tres remates de Portugal en la primera parte, se hizo un gol, el otro en una gran defensa de un remate de Guedes; siete para Marruecos, pero casi ninguno con mucho peligro.
Estaba, sin embargo, muy peligroso, por lo que era necesario alinear las ideas en los balnearios para intentar que la serenidad volviera al equipo portugués.
En parte, esto sucedió en la segunda parte. Con la pelota, el equipo portugués era mejor, más capaz de tomar posesión sín tanta presión del adversário, que tuvo que reducir el ritmo. Sólo que, sin tanta intensidad, los marroquíes lograron ser más peligrosos y amenazadores.
Rui Patrício tuvo que aplicarse varias veces y hizo una gran defensa tras desviación de Belhanda. Un momento que también ayuda a reflejar las debilidades lusas, que eternizaron las dudas del juego.
Fernando Santos no le gustaba y havia cambios, pero sin éxito. Primero, Gelson entró para dar profundidad y capacidad de aceleración. Después Bruno Fernandes intentó dar más calidad a la posesión portuguesa. Todo correcto, pero sin mucho éxito, ya que ni siquiera permitía más gestión en el medio-campo contrario, como se esperaria.
Al final, sin embargo, Adrien, vino a tiempo para ver dentro del campo los escalofríos causados por el Marruecos de balón parado, siempre cerca de cambiar el estado de ánimo del corazón portugués, que caminaba innecesariamente ansioso.
Pero en fin...está (casi) hecho. ¡Portugal sigue necesitando de mejorar!
1-0 | ||
Cristiano Ronaldo 4' |